Fonseca y sus ventas
En estos momentos Los Simpson están patrocinados por una marca de coches que ha tomado prestada una escena (la única graciosa) de El Año de la Garrapata. En ella se puede ver cómo varios comerciales son motivados con técnicas japonesas para vender más. Recomiendo ver el vídeo de arriba, pero lo importante es que viendo el anuncio me di cuenta que en nuestros días todo vale para vender un producto.
Da igual lo que se ofrezca y desde dónde se haga. Todo spot, anuncio o promoción intenta vender la misma idea: el producto en cuestión te va a cambiar la vida y va a solucionar todos tus problemas, aunque sea un simple bolígrafo multicolor. Descubrimos que un cuchillo puede curarte el lumbago, que una tabla de abdominales va a terminar con tus problemas para ligar o que el simple hecho de cambiarte de compañía telefónica va a resolver todas tus deudas por muy grandes que sean.
Si te quedas hasta altas horas de la madruga despierto y viendo la tele, descubrirás que los spot, por arte de magia, se convierten en telenovelas. Diez o más minutos de anuncio para vender cualquier pijada, que, por cierto, sólo se puede conseguir llamando a ese número. Y yo me pregunto por qué será, sobre todo si anuncian una especie de fármaco.
Es curioso las numerosas fórmulas que utilizan para vender lo imposible. Hacen demostraciones con cuchillos que pueden cortar latas (todo el mundo sabe lo útil que esto resulta), nos cosen con comentarios de clientes que han quedado totalmente satisfechos con el producto (no se nota para nada que son actores, malos, pero actores), especialistas reconocidos mundialmente sólo por sus madres nos hablan de las numerosas ventajas, nos muestran el antes y el después de dos tipos que no se parecen en nada y al final de cada anuncio realizan la gran oferta: dos por el precio de uno, más el estuche, más una crema, más un martillo, más una Barbie y más lo que sea con tal de vender. Y entonces es cuando uno se va a dormir con la clara sensación de que está dejando desaprovechar su gran oportunidad para dar un vuelco positivo a su vida.
Pero lo peor de todo son las técnicas que utilizan las compañías de teléfono. Una técnica que únicamente consiste en tocar las narices al personal a base de llamadas telefónicas. Normalmente suele aparecer como número privado (aviso para navegantes), al principio no te contesta nadie y tras un par de segundos oyes una voz, generalmente sudamericana, que te intenta convencer para que te cambies a su compañía garantizando que es más barata y mejor. Casualmente todas hacen lo mismo, casualmente en todas va mal internet y casualmente en todas tratan mejor a futuros clientes con ofertas inalcanzables para sus usuarios.
Dicho esto, si cualquier empresa quiere vender, lo mejor que puede hacer es que su producto lo anuncie Pepe Domingo Castaño en la SER. Casi todo lo demás no sirve, por mucho que Fonseca se eleve hasta el cielo anunciando a los cuatro vientos que va a venderlo todo.
5 comentarios
El dios del metal -
Nunca falla! Te cuelgan al instante!!
Naxo -
alfredo,utilizaré alguna d tus tecnicas, man gustao,jajaja
Javi -
Alfredo -
¿Os habéis fijado lo dificil que es que cuelguen el teléfono? Hay varias técnicas para pasar un buen rato ya que te llaman o conseguir el pi, pi, piiiii.
1. Modo racista
Yo: Lo siento, no hablo con panchitos.
El teleoperador se enerva, suele colgarte a los 10 segundos.
2. Modo friki: Le preguntas por el apantallamiento del FTN así como el MTU de la trama.
operador: no se....
yo: llámame cuando lo sepas.
3.Modo turning the omelette yo: No gracias, no lo quiero. ¿Quieres tú mi router antiguo?
operador: jaja, no gracias, lo que yo queria era ofertarle... bla, bla,bla. (le cortas)
yo: perdone, le he dicho que no me interesa. Pero, ¿quiere usted mi router antiguo?
operador: (con voz de lo voy cojiendo) De acuerdo señor, gracias por su tiempo.
4 Modo violador asesino en serie (solo si es teleoperadora argentina)
Yo: no me interesa, pero joder, tu acento me la está poniendo como el cuello de Falete. ¿Qué llevas puesto?
operadora: Cerdo, guarro, pi, pi, piiiii.
Don Fonseca -