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Los hay que cagan flores

Los hay que cagan flores

Es obvio que el Madrid no juega bien. ¿Pero quién lo esperaba? Capello es un técnico italiano, una frase que lo dice todo. El conjunto blanco necesitaba un entrenador que le devolviera títulos para recuperar el prestigio perdido en las tres últimas campañas y no le importaba el modo de conseguirlo. Lo importante era regresar a la Cibeles para celebrar un nuevo triunfo en España o en Europa y por eso pensaron en Capello.

Hablamos de un técnico que lo ha ganado todo. Casi siempre ha salido victorioso en los equipos que ha dirigido y nunca lo ha hecho con un fútbol alegre y ofensivo. Capello siempre se ha caracterizado por ser un entrenador conservador, de esos que prefieren ganar 1-0 que 5-4. Un técnico al que le gusta el orden y el rigor táctico. Y eso lo ha notado el Madrid en varias cosas, en especial en dos: encaja menos goles y es el quipo más peligroso a balón parado de Primera. Es cierto que a eso también ayuda tener un portero como Casillas, un asistente como Beckham y un rematador de cabeza como Sergio Ramos. Pero no hay que quitarle mérito al italiano porque la temporada pasada ya estaban en el Madrid.

Yo prefiero mil veces el fútbol de ataque, de toque, alegre, vertical, con sitio para los jugones y cuya meta es el gol, que al fin y al cabo es la máxima expresión del fútbol. Prefiero el estilo del Sevilla, del Recre, del Barcelona o de mi Zaragoza, pero lo cierto es que el Madrid con ese estilo rácano y ramplón se encuentra segundo a dos puntos del líder.

En el fútbol, como en el amor o en la guerra, todo vale. Jugar bien no te garantiza el éxito, al igual que hacerlo mal no siempre te lleva al mayor de los fracasos. Pero los dos estilos tienen algo en común para alcanzar la gloria: la suerte.

Desde que empezó la Liga he comentado que el Madrid iba a ser el campeón, una observación que ha propiciado numerosas carcajadas entre mis amigos. Aún no la ha ganado y me puedo equivocar, pero el argumento es sencillo. Como acabo de decir un equipo necesita que la diosa fortuna le acompañe para ser campeón y precisamente Capello siempre ha tenido una flor en el culo. Y, además, muy grande.

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