Una Liga de Oscar
No han pasado ni dos semanas desde que terminó la Liga y ya la echo de menos. En especial la que hemos vivido. Hacía tiempo que no se decidía todo al final: el título, Europa, el descenso... Y gracias a ello la última jornada fue apasionante, llena de sufrimiento, esperanza, alegría y tristeza.
Evidentemente habrá mucha gente que no guarde un grato recuerdo del 17 de junio de 2007, pero en mi caso no será así, ya que el Madrid ganó la Liga y el Zaragoza se clasificó para la UEFA. Todo salió perfecto, pero reconozco que pasé muchos nervios, más de los que me podía imaginar. Pero merecieron la pena.
Esta mágica noche la viví en el Domo, un lugar con varias pantallas en donde se puede ver más de un partido a la vez. Fue una auténtica locura no apta para cardiacos. La gente cantaba un gol y te ponías a buscar con impaciencia en qué partido era. Y peor resultaba cuando la gente se quejaba o suspiraba, ya que aún era más difícil adivinar qué había pasado y en qué encuentro.
La cosa empezó muy mal: gol del Recre, otro del Mallorca y uno más del Barcelona. Aún quedaba mucho tiempo y en esos momentos más que preocuparme, disfrutaba de la cena. Pero los minutos pasaban y la cosa iba a peor. Había marcado el Atlético. El título se iba para tierras catalanas y la UEFA se alejaba de las aragonesas.
En el descanso se mezclaba una dosis de esperanza con otra de pesimismo, pero esta última aumentaba conforme avanzaba la segunda parte. Yo ya me encontraba nervioso perdido: sudaba, saltaba, maldecía las ocasiones falladas... Estaba presenciando como mis dos equipos se despedían de sus objetivos. Yo, que había creído toda la temporada en el Madrid como campeón y en el Zaragoza como un equipo que iba a meterse en Europa, empezaba a dejar de creer.
Pero no hay mejor guión que el de un acontecimiento deportivo, más concretamente que el de un partido de fútbol y en especial en uno de esta Liga. Ni el mejor guionista de Hollywood habría podido dar a su película tantos giros inesperados como los que se han vivido esta temporada. Pero todo buen guión debe contar con un gran final que deje al espectador con la sensación de que ha presenciado una magnífica obra.
Y esta Liga, que sin ninguna duda hubiera sido la gran triunfadora de los Oscar, lo tenía. Cuando parecía que todo estaba perdido para unos y que otros alcanzaban la gloria se produjo el último giro de los acontecimientos. No fue el más espectacular, que se dio la semana anterior en tan solo 18 segundos, pero sí el más decisivo. Tres goles del Madrid y otro de Diego Milito, para mí el gran candidato a mejor actor junto a Van Nistelrooy, dejaron todo decidido: la ceremonia de entrega de los Oscar se celebraría en La Cibeles con Víctor Fernández como presentador.
3 comentarios
hughes -
Domo se convertira en nuestro centro d reunion por lo q parece os gusto,m alegro!!ahora toca el Eurobasket!!!!
Javi -
Y antes de que alguien se pregunte por qué no incluyo en la nominación a mejor actor a Messi o a Silva quiero explicar que ellos serían mis principales candidatos a mejor actor revelación.
naxo -