Un santo magnífico se ha ido al cielo

Eleuterio Santos ha fallecido hoy en Tenerife, su ciudad natal, a consecuencia de una larga enfermedad. Una triste noticia para el zaragocismo y el fútbol en general, ya que se ha ido al cielo uno de los integrantes de los Cinco Magníficos junto a Canario, Marcelino, Villa y Lapetra. Una delantera que costó en torno a los dos millones de pesetas, algo impensable en la actualidad. El jugador tinerfeño fue, precisamente, el más caro de todos ellos (1.675.000).

Santo nació en Tenerife en 1940, jugaba de interior derecha, de '8', y en marzo del 63 se incorporó al Real Zaragoza. Con el conjunto aragonés fue campeón de la Copa de España en dos ocasiones (64 y 66) y subcampeón en otras dos (63 y 65), campeón de la Copa de Ferias (actual UEFA) en el 64 y subcampeón en el 66, y campeón de un, por entonces, prestigioso Carranza (65) contra el mejor Benfica de la historia, el del gran Eusebio. Disputó 280 partidos oficiales con el conjunto aragonés, logrando 96 tantos. Y es que sólo hay tres jugadores en la historia del club que hayan marcado más goles oficilaes que él: Marcelino (116), Murillo (113) y Pichi Alonso (112). 

El fútbol desplegado por ese Zaragoza posiblemente era uno de los mejores de Europa y así lo reflejaron algunos periódicos ingleses cuando el conjunto aragonés dio una exhibición en el campo del Leeds, uno de los mejores equipos de la época, en las semifinales de la Copa de Ferias del 66. Fue en el partido de desempate, el marcador reflejó un 1-3 y la afición inglesa reconoció el gran juego de los Magníficos con una ovación ininterrumpida que obligó a los jugadores a salir tres veces del vestuario a saludar.

Además, Santos consiguió 52 goles en Primera con el Zaragoza, una cifra que le sitúa en la novena posición de la tabla histórica de goleadores en la máxima categoría del conjunto aragonés, empatado con Diego Milito. También fue internacional en una ocasión, en un Suecia-España del 68 que acabó 1-1. Ahora descansará en paz junto a Carlos Lapetra. Esperemos que Marcelino, Villa y Canario aún tarden mucho tiempo en reencontrarse con ellos dos.