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Cien zlotys, veinte cervezas y un kebab

Cien zlotys, veinte cervezas y un kebab

Soy consciente de que sólo pude disfrutar de cuatro días en mi viaje a Polonia, pero fueron suficientes para que se me vengan una serie de palabras a la cabeza cuando los recuerdo: frío, chicas guapas, zlotys, cerveza y kebabs. Por cierto, mis compañeros de viaje fueron Edu, Íñigo, Alberto, Luis, Joaquín y el anfitrión Nacho.

 

No me quiero ni imaginar el frío que debe hacer en Polonia en pleno invierno y no me extraña que sufriera unas anginas tan grandes como para tener que volver a casa antes de tiempo, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia de temperatura que existe entre la calle y los bares. Nuestra visita a Auschwitz coincidió con el peor día: el abrigo abrochado hasta el cuello, los guantes, la bufanda o la braga y el gorro no eran suficientes para combatir el mal tiempo.

 

Al hablar de Auschwitz es necesario recordar a nuestro chófer Andrei, más conocido por sus amigos españoles como Aitor. Gran profesional donde los haya, no dudaba en despertarnos para darnos la información estrictamente necesaria. Y es que, a pesar del cansancio y del sueño, ¿a quién no le apetece ver un camello? ¿O a quién no le apetece andar un par de kilómetros en plena nevada para ver un monumento?

 

Por cierto, cómo se nota que en Zaragoza y Reus no nieva, ya que parecíamos niños pequeños cuando hicimos una guerra de bolas de nieve en nuestra visita a la Catedral de Cracovia. Ahí descubrimos dos cosas: lo complicado que es subir a lo alto del campanario y que les resultábamos atractivos a las adolescentes polacas, que no paraban de mirarnos y cuchichear entre ellas. Otra teoría podría ser que directamente se estaban riendo de nosotros, ya que en un bar de Varsovia nos pasó eso exactamente. Ni se cortaban al señalarnos mientras se reían a carcajadas. De hecho, algún amigo no ha levantado cabeza desde entonces.

 

Hay que ver la cantidad de chicas guapas que hay en Polonia, especialmente en Cracovia. Todas con los ojos verdes o azules. Lástima que al final no nos hiciéramos una foto con la recepcionista del hostal para demostrarlo, aunque tenemos una con una tal Marta. Y ya que he mencionado el hostal, quiero compartir una de las frases que se podía leer en una de sus paredes: “El hombre que no puede visualizar un caballo al galope sobre un tomate es un idiota”. El autor, un tal André Breton.

 

Otra de las cosas más asombrosas es lo que dan de sí cien zlotys (el cambio está a 4,5 el euro). Para que os hagáis una idea, ahí van varios ejemplos: en un restaurante checo, nos salió por unos cinco euros un escalope enorme, una ración de patatas y otra de ensalada, y una jarra de cerveza; en Carlitos, un italiano de Cracovia, nos vimos obligados a pedir postre por lo barato que era; y cuatro panes de ajo para cada uno, un par de raciones de aros de cebolla, la cerveza y un enorme plato de pechuga con crema de espinacas, ensalada y patatas nos costó doce euros por cabeza en Varsovia.

 

Y es que al final uno termina por creerse rico. De hecho, Íñigo resumió este sentimiento en su nick del Messenger: “En Polonia era el segundo hombre más rico del país; el primero era mi amigo Edu porque se llevó más dinero que yo”.

 

Vayamos a lo más importante: la cerveza. El medio litro sale por un euro en los bares y encima está buenísima, por lo que no es de extrañar que todo el mundo pida una, tanto polacos como turistas. Por cierto, me sorprendió que a las mujeres se la sirvan con pajita. Igual es un truco para que les suba más rápido el alcohol y emborracharlas. Al menos con una lo consiguieron, ya que se cayó literalmente por las escaleras, aunque si soy sincero, alguno que otro también salió derrotado por la cerveza y unos chupitos llamados Kamikaces.

 

También es curioso el gran tamaño que tienen todos los policías (Edu puede dar fe de ello), así como la cantidad de puestos de kebab que te encuentras por la calle. No exagero mucho si digo que hay uno en cada manzana y encima no llegan a costar ni dos euros. Y es que por cien zlotys, unos 22 euros, tienes para veinte cervezas de medio litro y un kebab.

 

4 comentarios

alberto -

jajaja, por supuesto que no es solo para salir, algo también vimos y muchas mas cosas que nos quedamos sin ver, por eso hay que ir mas de 1 semana.

al proximo vuelves? ;)

Rivas -

Ostia alberto, como q un pais para estar mas de una semana puto gañan! Si lo unico q hicistes fue salir?!? Q me digas eso de berlin y praga donde ibamos a ver la ciudad pase... Pero q solo para salir no hace falta irse a europa del este... y menos viviendo en España!!
Y que cnste q no dudo q fuese un viaje acojonante al q me jodio no ir

Alfredo -

Joder, según lo cuentas es la tierra prometida. Cerbeza barata, chicas guapas, kebabs... Creo que solo le falta una filial del kalea.

alberto -

la verdad es que es un pais acojonante, para estar bastante mas de 1 semana, que por cierto deberiamos volver antes de que entre el euro....una sugerencia